El impacto del césped artificial en el medio ambiente
El césped artificial cada vez es un reclamo de las personas que quieren reemplazar el césped natural que tiene en sus jardines, o en lo centros deportivos, por ejemplo. A pesar de ello, algunas personas todavía dudas de si hacer el cambio o no. Todo viene por el debate de si es beneficioso para el medio ambiente o no.
Siempre queda abierta la pregunta de qué beneficios tiene realmente el césped artificial en el medio ambiente.
El césped artificial, por ejemplo, no necesita apenas agua para su mantenimiento. Solamente de forma muy puntual, porque hay que eliminar polvo o suciedad. Este hecho supone un ahorro considerable, hasta un 70% o más.
Otro argumento que se ha utilizado mucho en contra del césped artificial es que no es reclicable. Esto no es del todo cierto, ya que todos los cesped no son iguales. De hecho, muchos de ellos están hechos con materiales reciclables. La única parte que no lo es, es el baking y esta puede fundirse fácilmente para la creación de nuevos productos.
El césped artificial tiene más pros que contras
El punto más negativo que se utiliza en contra del césped artificial en el medio ambiente es que no absorbe dióxido de carbono y libera oxígeno como lo hace un césped natural. Lo que es cierto, aunque solo lo genere por el día, ya que por la noche también genera CO2. Sin embargo, no tenemos en cuenta la huella de carbono que produce el natural por su mantenimiento. La poda y el sesgado añaden un consumo energético que incrementa las emisiones. Uno de los fertilizantes básicos utilizados en parques y jardines contiene nitrógeno. Este gas tiene un impacto en el efecto invernadero ese 300 veces superior al del CO2.
Las tareas del mantenimiento del natural emiten más gases que provocan el efecto invernadero que los que eliminan.
Un mejor césped para cuidar el medio ambiente
En el mismo sentido, el césped artificial requiere muy poco mantenimiento. Tampoco necesita fertilizantes para estar verde y fresco como el primer día. Por tanto, se podría decir que para su mantenimiento se reduce la huella de carbono considerablemente.
Si bien es cierto, que el césped natural gana al artificial en cuanto al calentamiento. El primero no acumula el calor y lo dispersa. Sin embargo, si tenemos en cuenta superficies como la baldosa o el hormigón, podríamos decir que el césped artificial sería una mejor opción. Todas estas superficies absorben el calor, y el césped artificial se resfresca más rápidamente que todas ellas.
Otra ventaja más del césped artificial es que no se necesita usar herbicidas, pesticidas y fertilizantes sobre él. Estos químicos pueden ser dañinos, tanto como para humanos, animales y también daña el medio ambiente. Es cierto que se ha prestado especial atención a la toxicidad que tiene el relleno de el césped artificial. Pero, tras comprobarlo, hemos corroborado que no hay ningún peligro. Además, la mejor opción para ello es la arena de sílice: no tiene peligro, ayuda a mantener la humedad y reduce su temperatura.